Steven Arce, líder del Área Ambiental en qAIRa, explica la importancia y los beneficios de las ciudades inteligentes así como también comparte los problemas generados a raíz de una urbanización poco planificada en las ciudades.
La Organización de las Naciones Unidas acaba de declarar que un ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano, inherente a todas las personas. Por eso, la creación de ciudades inteligentes o Smart Cities, donde los Estados, las empresas y la ciudadanía se comprometen en proyectos conjuntos, ya no debe ser más una tendencia o una moda. Se ha vuelto una necesidad que todas las personas, cualquiera que sea su ocupación, debemos hacer respetar.
Actualmente existen diferentes conceptos de ciudades inteligentes o Smart Cities que han ido tomando gran relevancia y posicionamiento al momento de definir e implementar políticas públicas a nivel mundial en sintonía con el desarrollo y crecimiento de las poblaciones de los centros urbanos. Para la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU el concepto se basa en el uso de la tecnología para mejorar la calidad de vida y hacer más eficientes las operaciones y servicios urbanos pensando en el presente y las generaciones futuras. Por ello, el sueño de una Smart City solo puede concretarse con la acción concertada del sector público y privado, así como la sociedad civil. Es claro que las urbes son los motores del crecimiento económico y contribuyen al 80 por ciento del PBI global, pero al mismo tiempo consumen casi el 75% de la energía primaria del mundo y son responsables del 70% de las emisiones de gas de efecto invernadero, según la ONU. En pocas palabras: son núcleos de prosperidad, pero para hacerlas sostenibles, hace falta que sean también más amigables para el planeta.
España es ahora uno de los referentes principales a nivel mundial, gracias a Barcelona, que ha llegado a consolidarse como modelo de ciudad inteligente, a través de proyectos innovadores que priorizan la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanas y ciudadanos, como el proyecto de zonas de bajas emisiones que impide la circulación de vehículos más contaminantes, implementado desde el año 2015.
En el Perú, cerca del 75% del total de peruanos vive en ciudades. Lima, como muchas partes del mundo, es un ejemplo de crecimiento acelerado de población, así como urbanización poco planificada, aquí los desafíos son mayores y esta realidad debe impulsarnos a actuar de urgencia, sobre todo en el transporte público y la renovación del parque automotor, cuya mala gestión ocasiona la emisión de gases altamente contaminantes. Si sumamos a ello un mal manejo de los residuos sólidos y la enorme generación de aguas residuales urbanas e industriales, el resultado es una ciudad tremendamente alejada de las metas mundiales.
Según una encuesta de IPSOS de 2011, la contaminación atmosférica del aire es el tercer problema más importante que enfrenta Lima, después de la inseguridad ciudadana y el sistema de transporte masivo ineficiente. El Banco Mundial afirma que alrededor de 3 mil 900 personas mueren en nuestro país cada año por enfermedades que son consecuencia de la contaminación, que es causa directa de enfermedades bronquiales y pulmonares, sobre todo en niños y adultos mayores, sobre todo si residen cerca de vías altamente contaminadas, como lugares de alto tránsito.
Una ciudad moderna va más allá de conexiones 5G o inteligencia artificial. El enfoque de planificación no puede ni debe deshumanizarse. La prioridad ante todo debe mantenerse alrededor de los mismos ciudadanos, protegiendo su calidad de vida, y para ello la data es importante. En qAIRa generamos datos de calidad del aire a través de tecnología de bajo costo con el objetivo de complementar las redes de monitoreo tradicionales e incrementar de manera exponencial los puntos de monitoreo en espacios urbanos.
Trabajamos con empresas y municipalidades, pero también contribuimos a empoderar a los ciudadanos. En alianza con la Municipalidad de Lima e investigadores del Grupo de Inteligencia Artificial de la Pontificia Universidad Católica del Perú y gracias al financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, estamos desarrollando un aplicativo móvil que permitirá a cualquier persona encontrar lugares y rutas de movilidad urbana de baja exposición a contaminación del aire. De esta forma promoveremos rutas sanas para ciclistas y deportistas y ayudará a cualquier ciudadano a saber qué tan limpio es su entorno para exigir acciones a sus autoridades, tales como control del tránsito, vías peatonales, incentivos para renovación del parque automotor, control de los comercios e industrias contaminantes, etc.
Creemos que la transformación de las zonas urbanas de nuestro país en ciudades inteligentes no debe ser un sueño a largo plazo, debe ser un motivo para movilizarnos y actuar de inmediato. La salud es y será siempre lo primero.