La ayuda sigue llegando a las zonas afectadas por los huaicos e inundaciones de la mano de naciones hermanas. México y Perú no comparten fronteras físicas, sin embargo son países unidos por antecedes históricos similares y expresiones culturales ancestrales. Hoy, aquellas semejanzas que identifican a nuestros pueblos se materializan en acciones de colaboración y respaldo para los damnificados en el norte del país.
Desde México, ha llegado el Grupo de Apoyo de la Fundación Carlos Slim, un equipo de ayuda humanitaria, especialistas en desastres naturales y protección civil, que ya se encuentra trabajando en labores de rehabilitación de las zonas afectadas por los efectos del Fenómeno El Niño costero.
“Nos vamos a dividir en dos grupos, unos estaremos en Piura y otros en Trujillo. Estamos llevando plantas potabilizadoras de agua para abastecer a la población y 500 carpas con capacidad para 10 personas que permitirán dar albergue a cientos de familias afectadas”, comenta José de La Cruz Sánchez, jefe del Grupo de Apoyo de la Fundación Carlos Slim.
José lleva casi doce años dentro del equipo y visita nuestro país por segunda vez, en el 2007 llegó también al Perú como parte del equipo enviado por la Fundación tras el terremoto de Pisco. “Fue una de las primeras veces que me tocó viajar al extranjero como parte del grupo de apoyo”, recuerda.
Esta vez la situación no ha sido muy diferente a Pisco y el equipo llegado desde la Ciudad de México ya participa en la rehabilitación de las zonas declaradas en emergencia. Ya sea instalando carpas para albergar a familias enteras o brindando apoyo logístico para la entrega de víveres y limpieza de las calles, el trabajo de la brigada contribuye con las acciones definidas por el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional- COEN y las autoridades regionales.
Ayuda que llega a la gente
“Nosotros llegamos a los lugares afectados y entregamos la ayuda con nuestras propias manos”. José hace hincapié en la importancia de la ayuda directa a los damnificados y recuerda con emoción las muestras de cariño de la gente que, aún en esas circunstancias, les regalan sonrisas y hasta un plato de comida como agradecimiento.
La Fundación Carlos Slim junto a un grupo de empresas, entre ellas Claro y la Constructora FCC, en coordinación con el COEN y los gobiernos regionales, han trasladado a los distritos de Catacaos y Castilla (Piura) y El Porvenir (Trujillo) 20 plantas potabilizadoras que purificarán en total 50,000 litros de agua por día, así como 11 motobombas que servirán para extraer el agua inundada en las zonas más afectadas por las lluvias. “Son motobombas de gran tamaño que tienen capacidad para extraer 900 litros por minuto cada equipo”, precisa José De la Cruz.
Motobombas y plantas potabilizadoras de agua
Las motobombas son equipos diseñados para evacuar líquidos y fluidos de forma rápida y eficiente. Su funcionamiento es similar a la de cualquier bomba hidráulica que transforma la energía mecánica en energía cinética.
Por otro lado, cada planta potabilizadora de agua purifica más de 2,500 litros de agua al día. Estas máquinas se encargan de recoger el agua de un reservorio (río, lago, tanque, etc.) y luego la procesan para garantizar que su calidad se encuentre apta para el consumo humano, a este proceso se le conoce como potabilización. La DIGESA se ha encargado de certificar la calidad del agua potabilizada por los equipos dispuestos por la Fundación Carlos Slim en Trujillo y Piura.
¿Cómo ayudar?
El responsable del Grupo de Apoyo de la Fundación Carlos Slim, Alberto Del Río Sandoval, explicó que para formar parte de este equipo lo principal son las ganas de ayudar. Aconsejó a la población sumarse y coordinar con las autoridades las formas de ayudar. “Algunos lugares requieren prioritariamente personas dispuestas a auxiliar a la población, por lo que es necesario identificar adecuadamente las necesidades en cada lugar”.
Finalmente dejó un testimonio que grafica cómo van las labores de rehabilitación. “El Perú es un país solidario. Veo que la gente se une a la causa. Están consiguiendo víveres y los envían. Gente que lleva comida caliente… realmente es sorprendente ese espíritu de ayudar a la gente. Yo creo que esa actitud es lo que los va ayudar a salir adelante”.