Ana María Ramírez Díaz, presidente y cofundadora de Merlin Data Technology (MDT), aborda los desafíos que enfrenta el sector STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y los esfuerzos para atraer mayor talento femenino.
En los últimos años, hemos sido testigos de un cambio significativo en el ámbito de la tecnología y la ciencia, donde las mujeres han ganado un lugar cada vez más destacado, desafiando estereotipos y superando barreras. A pesar de los avances logrados, todavía queda mucho por hacer para alcanzar una verdadera igualdad de género en estas áreas. El análisis de los siguientes datos estadísticos refleja la realidad del empoderamiento de la mujer en la tecnología y la ciencia.
En cuanto a la educación STEM, el informe "Las Mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en América Latina y el Caribe" de la UNESCO publicado en 2020 revela que solo el 35% de los estudiantes matriculados en carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas a nivel mundial son mujeres. Estas cifras ponen de manifiesto la persistente desigualdad de género en la educación, donde las niñas y las mujeres enfrentan obstáculos para acceder a estos campos.
En cuanto a la representación en la industria tecnológica, el informe "Women in Tech" del 2022 de la consultora McKinsey señala que solo el 25% de los profesionales de tecnología en Europa son mujeres. Esta falta de representación de género limita las perspectivas y voces femeninas en la toma de decisiones y en la innovación, aspectos fundamentales para el desarrollo equitativo y sostenible de la sociedad.
En el ámbito del emprendimiento tecnológico, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en sus datos recopilados en 2021, muestra que las mujeres representan solamente el 14% de los fundadores de empresas tecnológicas en todo el mundo. Esta brecha en el emprendimiento tecnológico revela desafíos estructurales y culturales persistentes que dificultan el acceso igualitario de las mujeres a oportunidades de liderazgo y creación de empresas en este sector.
La desigualdad salarial es también un problema relevante en la tecnología y la ciencia. Según el informe "Global Gender Gap Report 2021" del Foro Económico Mundial, existe una brecha salarial de género del 20% en las profesiones STEM. Esto implica que las mujeres en estas áreas ganan, en promedio, un 20% menos que sus colegas masculinos, a pesar de desempeñar trabajos similares con igual nivel de competencia y habilidades.
Empresas de tecnología como Cisco Systems mediante su Academia de Responsabilidad Social Cisco Networking Academy viene desde hace 25 años promoviendo el entrenamiento de las mujeres en carreras STEAM. En el 2004 solo había 1% de mujeres instructoras de Cisco en Perú, tuve la oportunidad en ese entonces de convertirme en la primera mujer Instructora de Cisco en el país, siendo precisamente ese 1%. Hoy en día ese porcentaje aumento a 14%, con un 44% a nivel de estudiantes, siendo el porcentaje más alto a nivel de Latinoamérica.
En la encrucijada de la tecnología y la ciencia, los datos estadísticos actuales presentan una realidad innegable: la lucha por el empoderamiento de la mujer persiste. Aunque presenciamos instituciones, comunidades, movimientos y grupos dedicados a fomentar la presencia femenina en STEAM con capacitaciones, eventos inspiradores, premiaciones y la promoción del talento digital femenino, los números revelan que el camino hacia la equidad de género en estos campos es extenso.
La presencia femenina en la ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas (STEAM) ha evolucionado, pero las disparidades persisten. A pesar de los esfuerzos valientes por cerrar la brecha de género y nutrir la participación femenina, seguimos enfrentando desafíos arraigados. Para dar pasos certeros hacia una igualdad genuina, es imperativo establecer políticas inclusivas en el ámbito educativo y facilitar modelos a seguir en carreras STEAM, que reflejen la fuerza y la determinación de la mujer en estas esferas.
Sin embargo, más allá de las políticas y los modelos, debemos abordar las barreras profundas y a menudo sutiles que limitan el acceso y la participación de las mujeres en tecnología y ciencia. Estas barreras, en su mayoría de naturaleza estructural y cultural, han persistido por demasiado tiempo. La fortaleza emocional y la autoconfianza son fundamentales, especialmente desde temprana edad. Si deseamos que las jóvenes se sientan capaces de conquistar cualquier meta que elijan, debemos fomentar su autoestima desde el principio, para que no se vean constreñidas por estereotipos o expectativas tradicionales.
Es tarea de todos, en todos los niveles de la sociedad, alentar a las niñas a soñar en grande y creer en su capacidad de trascender fronteras. Familiares, educadores y la sociedad en su conjunto desempeñan un papel vital en este viaje, mostrándoles que no existen límites predefinidos por el género. Es momento de desafiar las nociones preconcebidas sobre lo que una mujer puede lograr en el mundo de la tecnología y la ciencia.
La senda hacia el empoderamiento femenino en STEAM requiere valentía. Requiere que las mujeres jóvenes se atrevan a desafiar las expectativas y se atrevan a dar el salto hacia lo desconocido. Detrás de cada innovación, descubrimiento y avance tecnológico hay espacio para ellas, y es esencial que lo conquisten sin temor. El empoderamiento no es solo un destino, sino un proceso continuo de crecimiento, superación y cambio cultural.
Así que, mientras celebramos los progresos alcanzados hasta ahora, reconozcamos que el camino hacia la igualdad de género en la tecnología y la ciencia es una carrera de resistencia. Es un compromiso de todos nosotros nutrir la pasión y la ambición de las mujeres en STEAM, derribar obstáculos invisibles y despejar el camino para que cada mujer joven tenga el coraje de perseguir sus sueños. En última instancia, nuestro éxito como sociedad depende de ello.